martes, mayo 01, 2007

Un planeta primo de la Tierra


Últimamente se ha hablado mucho en los medios acerca del planeta econtrado en el sistema Gliese 581 con características muy similares a las de la Tierra: rocoso, con un 50% más de radio, 2,2 veces más gravedad y temperaturas entre 0 y 40ºC. Además las posibilidades de que este planeta albergue agua en estado líquido son muy altas, debido a que el agua es un elemento muy común en el universo.

¿Se encontrarán más planetas similares en el futuro?

Hasta hace una década no sabíamos si el hecho de existir planetas orbitando a las estrellas era algo que ocurría con frecuencia o era prácticamente un milagro, ya que nunca había sido detectado un planeta exosolar. Los primeros planetas encontrados eran gigantes gaseosos similares a Júpiter, o incluso más grandes. Las técnicas empleadas aún debían ser refinadas y no eran capaces de detectar planetas más pequeños.

Sin embargo ahora se están empezando a encontrar planetas rocosos. La técnica aun puede mejorar más aún ya que se encuentran en sistemas muy específicos: aquellos con estrellas muy pequeñas, enanas rojas, como es el caso de la estrella Gliese 581, donde se ha encontrado el reciente planeta. Al ser la estrella más pequeña y con menos brillo es más fácil detectar los planetas que orbitan alrededor de ella.

En mi opinión se encontrarán muchos más planetas y con cada vez mayor frecuencia. Estoy seguro de que también se encontrarán planetas similares y más cercanos, aunque 20 años luz en escalas estelares es relativamente cerca; la estrella más cercana, Alfa Centauri, se encuentra a 4,36 años luz de nosotros.

¿Podría existir vida en este planeta?

Todo depende de si contiene agua o no. Como comenté antes, el agua es un elemento muy común en el universo, encontrada en la mayoría de los meteoritos que llegan a la tierra desde los bordes del sistema solar, pero depende en gran medida del proceso de formación del planeta el que haya retenido agua o se haya escapado al espacio en forma de vapor.

Tradicionalmente se ha pensado siempre que la vida es algo frágil y difícil de sostener, pero los últimos estudios apuntan a todo lo contrario: allá donde pueda surgir la vida, surgirá la vida. Por supuesto todo es especulación, pero no sin fundamento. Después de encontrar vida es los sitios más extremos del planeta, como debajo de los casquetes polares o en el interior de fallas sísmicas submarinas en erupción a miles de metros de profundidad, dejamos de pensar que la vida necesita un habitat equilibrado y ajustado con precisión.

¿Y qué hay de la vida inteligente?

Desde luego, no tiene sentido intentar de responder a esta pregunta sobre un planeta del que ni siquiera conocemos su composición aproximada. Como mucho podemos especular sobre la posibilidad de que en planetas de este tipo exista vida inteligente.

Si, como yo mismo pienso, el firmamento está plagado de planetas de estas características, la posibilidad de vida inteligente también aumenta, pero no podemos saber si con eso es suficiente. El número de estos planetas viene representado como ne en la ecuación de Drake, de la que espero escribir algún día.

¿Se podría viajar a ese planeta en un futuro cercano?

Con la tecnología actual desde luego que no merecería la pena enviar una sonda tan lejos; ya no hablemos de seres humanos. La sonda espacial New Horizons, que es la más rápida construida hasta la fecha, es capaz de viajar a 50.000 km/h. Salió de viaje en Enero del 2006 y se espera que llegue a Plutón en el 2015. Esta sonda tardaría en llegar hasta la constelación Gliese 581 más de 21.500 años.

No obstante los investigadores más optimistas esperan que en un futuro no muy lejano, con nuevas tecnologías de propulsión espacial, podría alcanzarse la cuarta o quinta parte de la velocidad de la luz. A estas velocidades se podría llegar al planeta en menos de 100 años, pero aquí en la Tierra tendríamos que esperar 20 años más hasta que el mensaje anunciando la llegada retornase hasta nuestro planeta.

No dudo que mientras esperamos esa tecnología, encontremos más planetas en estrellas más cercanas.

¿Qué supone este descubrimiento para la ciencia?

Sin duda sospechabamos que llegaría el día en que se encontrasen planetas similares a la Tierra en el espacio exterior, y por fin ese día ha llegado. Lo más importante de este descubrimiento es que si algún día decidiésemos salir de nuestro sistema solar, tendremos un sitio al que apuntar, y no salir en una dirección al azar dando palos de ciego.

Fotografía: Representación del nuevo planeta recién descubierto (1) y la estrella Gliese 581 (2). [ESO]

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