viernes, noviembre 24, 2006

Diseño Inteligente, Multiverso y Principio Antrópico



Ahora que gracias a la ciencia conocemos con cierta certeza el origen del universo, se plantean otras preguntas fundamentales como ¿Por qué el universo es como es? Existen determinadas características del universo para las que no se ha encontrado una explicación razonable, al menos de momento: Los valores de la masa de las partículas y su carga, la intensidad de las fuerzas fundamentales o el valor de constantes como la velocidad de la luz o la longitud de Planck. Puede que finalmente encontremos una teoría que explique la razón de dichos valores específicos, o puede que sean características del universo en que vivimos, y que podrían haber tomado cualquier otro valor.

Es más sorprendente incluso pensar en que las características del universo parecen haber sido elegidas con sumo cuidado. Un cambio leve y el mundo sería muy distinto a como lo conocemos ahora, y por supuesto la vida no sería posible. Si la fuerza de la gravedad fuese mayor, las estrellas se consumirían demasiado rápido como para dar tiempo a la evolución a formar vida. Un valor demasiado pequeño haría que, de hecho, no se formasen las estrellas. Si el mundo tuviese dos dimensiones espaciales, y no tres, sería muy difícil imaginar un organismo vivo plano tal como lo conocemos, ya que la necesidad de tener un aparato digestivo, vasos sanguíneos o un sistema nervioso se haría partirse en pedazos inconexos. En un mundo en cuatro dimensiones, la ley de la gravedad sería mucho más inestable y la más mínima perturbación gravitatoria, como la que ejerce la Luna sobre la Tierra, sería suficiente para que la Tierra cayese hacia el Sol o se alejase saliendo de su órbita al vacío profundo.

Bajo este panorama surge el concepto de Diseño Inteligente, dotado de un fuerte sentido religioso aunque, según defienden sus seguidores, perfectamente enmarcable dentro de la física más rigurosa. Este principio establece que este universo tan particular en el que vivimos, tuvo que ser creado por un diseñador inteligente. Una o más entidades planearon las características del mundo para que sea como es y pueda desarrollarse la vida.

Ciertamente, si las características del universo han sido elegidas al azar, hemos tenido una suerte increíble de que tenga unas características capaces de crearnos a nosotros. Una suerte equiparable a que a uno le tocase la lotería muchas veces consecutivas. ¿Existe alguna alternativa a pensar en la increíble suerte que hemos tenido, o a pensar que ciertamente un diseñador inteligente eligiese un universo a medida? Sí, la hay. Quizá sintamos que nuestro universo es menos afortunado y especial si aceptamos la idea de que puede no ser el único universo, sino que existe un multiverso plagado de universos como el nuestro, con toda una variedad de características exóticas.

Al principio de pensaba que la Tierra era el centro del universo, y que el resto de los astros giraban alrededor de ella. Más tarde tuvimos que tragarnos nuestro orgullo al descubrir que la tierra no era más que un planeta cualquiera que giraba alrededor de una estrella cualquiera de una galaxia cualquiera. Ahora nos planteamos la posibilidad de que ni siquiera nuestro universo sea único, sino uno más entre una miríada de universos paralelos.

Sin embargo nuestro universo, a pesar de ser uno más del montón, sigue teniendo unas características muy peculiares que hacen la vida posible. Podemos sentirnos afortunados. Sin embargo esta suerte es irreal, ya que no podríamos habernos desarrollado en otros universos incapaces de albergar vida. Por eso mismo, si la humanidad ha de existir, ha de ser en un universo de las características de nuestro, o no existir al fin y al cabo. De esta forma, podemos decir que el universo en el que vivimos es tan peculiar por el mero hecho de nuestra existencia. Esto es lo que se llama Principio Antrópico.

Hay quien llega más lejos, Lee Smolin propone una Teoría de la Evolución de los Universos, basándose en el parecido que hay entre el big bang y el centro de los agujeros negros. Un agujero negro podría ser, al fin de cuentas, un universo en sí mismo, creado por el universo contenedor en el que se formó el agujero negro. De esta forma nuestro universo estaría creando nuevos universos de características parecidas, aunque no iguales, en cada nuevo agujero negro que forma. De esta forma un universo incapaz de crear agujeros negros no podría crear otros universos, y uno capaz de hacerlo, tendrá mucha progenie si es capaz de crear muchos agujeros negros. De esta forma se establecen las reglas de la evolución que fomentan la creación de agujeros negros por los nuevos universos, y recordemos que los agujeros negros se forman de estrellas muertas y donde hay estrellas existe la posibilidad de la vida en mayor o menor medida. Si esta evolución se encontrase en un estado maduro, nuestro universo no sólo no sería nada especial, sino que además se parecería mucho a sus universos "hermanos".

Personalmente prefiero que algún día se llegue a la teoría definitiva que de explicación a todas estas características variables y que nos haga entender que los valores son los únicos que tienen cabida en cualquier universo concebible, ya que cuanto más pienso en los universos paralelos, más irreal y propio de la ciencia ficción me parece, y más dolor de cabeza me da.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me cago en la leche!!!!
Un comentario más grande que el post original...

WinterN dijo...

Buen comentario dardo, aunque como es inevitable en un comentario tan largo, discrepo en algunos puntos.

La cuestión no sería si las leyes son inmutables. Sino, en el caso de ser cambiantes, ¿cambiarían siguiendo alguna ley, o serían realmente un "capricho de los dioses"?

La cita de Einstein supongo que te referirás en lo de que es absurda al punto de vista religioso. Si se toma desde el punto de vista científico y se considera como lo que es, una crítica a la incertidumbre de la mecánica cuántica, no solo me parece un razonamiento sensato, sino que me encuentro en gran medida de acuerdo con él.

Para mí lo más interesante del tema no es si las constantes pueden cambiar, o cómo sería el universo con otros valores; sino si realmente nuestro universo es el único que existe o es simplemente una diminuta burbuja en una espuma quasi-infinita.

Anónimo dijo...

ciegos hablando de colores...